Ediciones | Comité editorial | Contacto

ALICIA MOREAU DE JUSTO:

MÉDICA, FEMINISTA Y ACTIVISTA

Alicia Moreau de Justo fue una médica argentina nacida en Londres un 11 de octubre de 1885. Poco después de su nacimiento, su familia migró a Buenos Aires, su padre Armand estableció una librería y se vinculó al grupo francés Les Égaux («Los Iguales»), una de las organizaciones que en 1896 se unirían para fundar el Partido Socialista.

En 1906 participó en el Congreso Internacional de Libre Pensamiento. Cuando apenas contaba con 21 años fundó el Movimiento Feminista y en 1907 ingresó a la Facultad de Medicina de la UBA, en una época en que la sociedad veía con rechazo que las mujeres estudiaban una carrera universitaria. 

Entre 1906 y 1914, además de organizar el primer congreso femenino internacional e iniciar una campaña para crear escuelas para inmigrantes, escribió varios artículos sobre educación y política.

En 1914 se recibió como médica poco antes de casarse con el político Juan B. Justo, con quien tuvo tres hijos. Su tesis doctoral en medicina fue sobre la función endocrina del ovario y realizó su residencia en el Hospital de Clínicas, donde se especializó en enfermedades femeninas. 

En 1919 participó como delegada argentina en el Congreso Internacional de Médicas, donde se destacó particularmente por su crítica a la prostitución, como resultado de ese congreso, se fundó la Asociación Internacional de Mujeres Médicas, de la cual fue elegida para integrar su comité ejecutivo. 

En 1918 fundó la Unión Feminista Nacional y tras el deceso de su esposo en 1928, continuó en la actividad política y la defensa de la mujer, sobre todo en cuestiones relacionadas con el derecho femenino al sufragio, los derechos laborales de los asalariados, la salud y la educación pública

En septiembre de 1939, al desatarse la Segunda Guerra Mundial, publicó un artículo en La Vanguardia, en el que sostuvo: 

No basta combatir la guerra. Es necesario combatir las causas permanentes de la guerra: el aislamiento económico, que hambrea, el nacionalismo, que intoxica mentalmente a los pueblos; la diplomacia secreta, que los envuelve; el armamentismo, que los empobrece y los arrastra al conflicto, el endiosamiento de los conductores que los convierte en dóciles rebaños. 

No basta combatir la guerra. Es necesario unirse a todas las fuerzas que acercan y funden a los hombres, que mezclan las naciones y las lenguas, que aceleran la cooperación, que barren las fronteras; es necesario crear las formas políticas, que hagan imposibles el predominio individual o de clase; es necesario llegar, por fin, a hacer del pueblo el verdadero y único soberano. Esa será la conquista de la paz. 

Cuando en 1951 las mujeres argentinas pudieron por primera vez votar y ser votadas para cargos nacionales, Moreau fue elegida junto a otras para integrar la lista de candidatos a diputados nacionales, pero inesperadamente fue detenida en el marco de prohibición política llevada a cabo por Perón y, tras su liberación, debió silenciarse, motivo por el cual irónicamente tampoco pudo votar. 

En 1975, a los 90 años, fue una de las fundadoras de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Por su labor social, en 1984 fue elegida “La Mujer del Año” por la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, mientras que la Universidad de Buenos Aires la distinguió con el título de “Médica del Siglo”. 

Permaneció ligada a la vida política hasta su muerte en 1986, a la edad de 100 años.

¡MÁS CONTENIDO EN NUESTRAS REDES!
3º Edición Revista Digital
CREANDO CON CIENCIA
MAT-ar-2301845